"Las mutaciones no pueden transformar una especie original en otra totalmente nueva.
Mito 3. El registro fósil documenta los cambios de la macroevolución.
Mito. El folleto antes mencionado deja al lector con la impresión de que los restos fósiles hasta ahora descubiertos documentan sobradamente la macroevolución. Dice: " Se han hallado tantas formas intermedias entre peces y anfibios, entre anfibios y reptiles, entre reptiles y mamíferos y dentro de la cadena evolutiva de los primates, que en muchos casos resulta difícil precisas cuando se produce la transición de una especie a otra".
La realidad. La anterior aseveración sorprende bastante. ¿ Por qué? Niles Eldredge, acérrimo evolucionista, declara que el registro fósil no revela una acumulación gradual de cambios, sino que durante periodos de tiempo se acumulan pocos o ningún cambio evolutivo en la mayoría de las especies. Al presente, por toda la tierra se han desesenterrado y catalogado unos doscientos millones de fósiles grandes y miles de millones de fósiles pequeños. Muchos científicos concuerdan en que este vasto y detallado registro prueba que los principales grupos de animales aparecieron derepente y se mantuvieron prácticamente inalterados, y que muchas especies desaparecieron con la misma rapidez con que llegaron. ¿Por qué insisten tantos evolucionistas prominentes en que la macroevolución es un hecho? Richard Lewontin, un influyente evolucionista, admite que muchos científicos aceptan hipótesis no confirmadas porque tienen un compromiso con el materialismo. Se niegan a considerar la idea de que exista un diseñador inteligente. La revista Scientific American recoge el siguiente comentario del sociólogo Rodney Stark: " Desde hace 200 años se viene promocionando la idea de que para ser un hombre de ciencia hay que liberar la mente de la religión". Si vamos a aceptar como válida la evolución, hay que creer que los científicos agnósticos no se dejarán influir por sus convicciones personales a la hora de interpretar sus hallazgos. Hay que creer que las mutaciones y la selección natural produjeron todas las formas complejas de vida, pese a que un siglo de investigaciones ha demostrado que las mutaciones no transformar a una especie en otra. Hay que creer que todas las criaturas evolucionaron de manera gradual a partir de un antepasado común, aunque el registro fósil indique con contundencia que las principales clases de plantas y animales aparecieron de súbito y no evolucionaron hasta convertirse en otras, ni siquiera en el transcurso de millones de años. Sin duda, creer en la evolución es un verdadero acto de "fe".
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